Por: Yonhy Lescano
El
presidente Belaunde dictó la Ley 24029, Ley del Profesorado, la que
contemplaba también la evaluación del profesor; pero no para despedirlo, sino
para que cumpla bien su trabajo; es decir, para dar educación de calidad a
los estudiantes. En esa época la educación ESTUVO MUCHO MEJOR QUE AHORA, Y LOS
PROFESORES GANABAN MÁS. Pruebas al canto: En el año 1984, la remuneración
promedio de un maestro equivalía a cerca de S/ 1,000 soles constantes del año
1997; mientras que dicha remuneración en el año 2000 equivalía a apenas S/ 700
soles constantes del año 1997. Ni qué decir, respecto de épocas más lejanas:
La indicada remuneración del año 2000 de un docente equivalía al 30% de lo que
recibía en el año 1945, medido a soles constantes. En tales épocas, había una
educación pública de calidad, que era un referente en la región latinoamericana.
Posteriormente
se dictaron las Leyes de la Carrera Pública Magisterial en el segundo gobierno
de Alan García (Ley 29062) y de Reforma Magisterial, en el período de Humala
(Ley 29944), en julio de 2007 y noviembre de 2012 respectivamente, que
establecen la evaluación docente punitiva, esto es, para despedir a los
profesores. En este período de 10 años la educación decayó, estuvo peor, los
alumnos leen pero no comprenden y no pueden hacer operaciones matemáticas
simples. Entonces de qué sirvió la llamada evaluación con despido. De nada.
Este retroceso coincide con las bajas remuneraciones de los maestros, y los
últimos puestos de nuestros escolares en las pruebas PISA.
La
educación pública abandonada por décadas, sin inversión en aulas, colegios,
capacitación a profesores, mejores sueldos, ha ido en una ruta de permanente
precarización. No puede ser que los profesores estuvieran ganando S/ 1,100 de
piso salarial hasta antes de la huelga, y se les prometa un nuevo piso salarial
de S/ 2,000, cuando ambos montos están por debajo de lo que ganaba un maestro
hace 40 años, medido a soles constantes. Con estos montos no se puede mantener
a una familia, no es posible capacitarse, porque, por ejemplo, un diplomado o
maestría, implican un costo que se lleva casi todo el sueldo de un profesor.
El
punto de no retorno ha sido el Decreto Legislativo 882 (dictado en el gobierno
de Fujimori) que priorizó la educación con lucro, con lo cual se crearon
remedos de colegios, institutos y universidades en garajes, altillos de chifas,
casas, etc., que pauperizaron aún más la educación.
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