16 may 2013

LEY SOBRE “ALIMENTOS SALUDABLES” NO REDUCIRÁ EL CONSUMO DE “COMIDA CHATARRA”

Sus normas sobre publicidad ya se encuentran en Código del Consumidor

Sólo se refiere a kioskos escolares, y no toca a grandes cadenas de “comida rápida”
El congresista Yonhy Lescano, miembro titular de la Comisión de Defensa del Consumidor  del Parlamento, declaró que la autógrafa de ley sobre “alimentación saludable”  que ha promulgado hoy el Ejecutivo no va a ayudar a que la población no consuma alimentos procesados con alto contenido de insumos tóxicos tales como las grasas saturadas, grasas trans, azúcares, sodio, aditivos artificiales como edulcorantes, preservantes, saborizantes y colorantes, que ocasionan enfermedades crónicas y terminales, y tienen alta incidencia en la obesidad y la desnutrición, porque  dicha autógrafa no toca el epicentro del problema que es el gigantesco mercado de la denominada “comida rápida” o “comida chatarra”, que es precisamente el principal usuario de tales insumos tóxicos en sus productos, que son masivamente vendidos –a nivel nacional-  en las cadenas  de los establecimientos de las franquicias tales como Burger King, Mcdonalds, Bembos, Kentucky Fried Chicken, Pizza Hut, Dunkin Donuts, Chilis, Fridays, etc.  El parlamentario agregó, que en el dictamen en minoría –de su autoría- en cambio hay artículos expresos en los que se obliga a los proveedores de “comida chatarra” a utilizar insumos saludables y a reducir los contenidos de las sustancias tóxicas mencionadas; y se señala meridianamente que esta comida califica como “alimentación no saludable”, aspectos que no son mencionados en el dictamen en mayoría aprobado.

Lescano agregó que lamenta que el ámbito de aplicación de la propuesta aprobada sea –contrariamente- sumamente restringido puesto que se ha limitado a los “kioskos escolares” de la educación básica regular, cuando debió haber sido el enorme  mercado de “comida chatarra”, que es el verdadero causante de los malos hábitos alimenticios de la población de las ciudades más pobladas del país.
De otro lado, la autógrafa promulgada pone  el énfasis en los menores de edad, porque la obesidad afecta al 8.2% de este segmento de la población; sin embargo, la obesidad es un problema mucho mayor en los adultos, porque afecta al 23.3% de las personas de 40 a 49 años, y al 43.2% de las mujeres de 30 a 39 años.  La ley, en realidad, debió enfocarse en  toda la población, no sólo en los menores de edad.

La autógrafa no incluía ninguna regulación sobre la eliminación de las  letales grasas trans; fue sólo porque el dictamen en minoría sí contiene un artículo expreso que dispone la eliminación de estos insumos en el plazo de un año, que incluyó una disposición para su reducción gradual hasta su prohibición, dejando esto al Reglamento.
El parlamentario finalizó diciendo que la autógrafa aprobada al no tocar al gigantesco mercado de la “comida chatarra” o “fast food”, no está enfrentando realmente el problema de la alimentación no saludable. Tan cierto es esto, que inclusive se ha eliminado del texto final, precisamente la definición de “alimentación no saludable”. El impacto de la ley va a ser marginal o nulo.

 

 

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